Cabezoneria artista de Morante y oreja para Manzanares.

Fue tarde de cosas sueltas. De retales. Algunos de mucho valor, pero nada rematado o consistente. Juan Pedro regresó aSevilla con una corrida de buena condición pero justa de fuerza y a veces de raza. Con más fondo, hubiera sido un lote de escándalo. También es cierto que bordeó el otro tipo de escándalo. Hubo una oreja paraManzanares, junta en todos los sentidos, otra que perdió Morante porque se paseó de faena y marró con la espada, y un toreo cumbre de Luque a la verónica, que arrancó a tocar a la banda.
Lavado de cara, anovillado y algo zancudo, el burraco segundo blandeó de salida. Pronto en varas, cumplió en el peto y fue muy bien lidiado en banderillas, donde Trujillo lo administró a la perfección. En el tercio,Manzanares le ligó de inicio dos buenas series por el pitón derecho, despacio y sin obligar. Dando pausas al toro entre serie y serie, entendióManzanares al toro, y con la zurda lo condujo largo. Lo acabó aprentando por el derecho y después de otra serie con la zurda de menos fuste mató en la suerte de recibir y amarró la oreja. El quinto fue el de menos clase, no le dejó estar a gusto y la faena nunca despegó.



Bajo y bien presentado, el astifino primero tuvo clase y pocoa fuerza. Apenas le pegaron el varas y se quedó corto en banderillas. En la muleta se defiende por falta de raza y Morante, que dibujó una buena media y se lo sacó al tercio muy derechito, le anduvo pronto por la cara. No le duró ni dos tandas. Al lustroso jabonero que hizo cuarto Morante lo lidió para sujetarlo de salida. Tuvo buenas cosas la faena, las cosas de Morante, que destacó con la derecha, brilló en remates y se empeñó en la zurda buscando lucimiento. Hasta el arte se pasa de faena. Pinchó en demasía y cambió una oreja por dos avisos.  

Luque arracó la música en un soberbio saludo a la verónica, ganando terreno a los medios y rematado con una colosal media, en el tercero de la tarde, toro con calidad y clase pero medida fortaleza al que hubo de torear a media altura y sin atacarlo. El público le instó a concluir. El sexto, de 599 kilos, echó las manos por delante de salida y como a toda la corrida, le faltó fondo. Luque, a veces lucido, otras más arreado, acabó en cercanías con decisión hasta el que público de nuevo, le pidió concluir.


Real Maestranza. Domingo, 8 de abtil de 2012.  No hay billetes. 


Toros de Juan Pedro Domecq, desiguales de tipo, bien presentados, con clase pero muy a menos. 


Morante de la Puebla (de azabache e hilo blanco): silencio y gran ovación tras dos avisos.
José María Manzanares (de grana y oro): oreja y ovación.
Daniel Luque (de grana y oro) ovación y silencio.


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