Toque de atención de Alberto Durán.

Con más temperatura y menos viento la novillada se hubiera contado de otra manera. Porque el serio y aprovechable lote enviado por Espartaco a Las Ventas mereció lidiarse en óptimas condiciones atmosféricas para catar de verdad y no solo intuir su potencial. El incómodo vendaval condicionó la actitud de los noveles y sólo Alberto Durán, más seguro y centrado que sus compañeros, se decidió a asentarse en el piso y tirar de las embestidas sin importarle la adversidad climatológica. Su apuesta, aún sin premio tangible, debería ser tenida en cuenta.
Sobrio y solvente, el zamorano gustó a los aficionados madrileños en el animal que abrió el espectáculo, ejemplar noble y tardo, al que corrió la mano con limpieza y aseo, especialmente por el pitón derecho, pues el aire restó fluidez a sus series de naturales. Después de una gran estocada hubo ligera petición antes de saludar una ovación. 
El colorado cuarto fue el mejor por recorrido y humillación. Durán se hizo aplaudir en un embraguetado saludo y después de brindar al ganadero llevó a cabo una faena muy seria, basada en la mano derecha por el viento, que contó con series de mano baja, ritmo y ligazón. Labor propia de novillero curtido, de concepto clásico y ayuno de artificios, que pide sitio en las ferias. La espada le dejó en esta ocasión sin un premio más que merecido.

La movilidad del segundo, acapachado y bien hecho, ocultó algunos defectos como su falta de clase tras el embroque. Raúl Rivera cumplió en los tres tercios aunque fue en banderillas donde su cosechó los mayores aplausos, pues sus ganas de agradar le llevaron a acelerarse un tanto en el último tercio. El quinto también tuvo cualidades, pues se movió con son y embistió con fijeza en los embroques pero el vendaval se adueñó del mando de los engaños y el toledano no encontró acomodo.  

El castaño tercero se movió descompuesto en los primeros tercios pero a pesar de una lidia desordenada se atemperó un tanto en la muleta deConchi Ríos quien quizá por el viento, no terminó de asentarse en una labor sin brillo. El sexto fue el más fuerte del envío, y también en el embestida más exigente. Tampoco acabó de centrarse la murciana, que al menos lo cazó con habilidad estoque en mano.

Plaza de toros de Las Ventas. Domingo, 15 de abril de 2012. Un cuarto de entrada. 

Novillos de Juan Antonio Ruiz 'Espartaco', bien presentados, de variada tipología y de buen juego en general. 

Alberto Durán (de corinto y oro): ovación tras leve petición y ovación tras aviso.
 Raúl Rivera (de blanco y oro): silencio y silencio tras dos avisos.
 Conchi Ríos (de chenel y oro): silencio tras aviso y silencio.

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